martes, 12 de noviembre de 2013

Manual para intentar entender a las mujeres


Por siglos se nos ha tildado de complicadas, manipuladoras, orgullosas y hasta de mentirosas… lo más grave de esto es que en la mayoría de casos resulta ser verdad, pero no me odien por afirmarlo solo debemos analizar a fondo nuestro género para entender el porqué de esto.

No se nos dificulta ser complicadas, pues tenemos tantos cambios hormonales en un mes que sería imposible no serlo, miremos un pequeño ejemplo de ello. Es pan de cada día escuchar a algunas mujeres quejarse de lo poco o cero detallistas que son sus parejas, pero el problema consiste cuando no recuerdan cuando apenas iniciando su relación hablaron sobre el tema de los regalos: “Que pereza la poca imaginación de los hombres que solo regalan flores y chocolates”, “¿Serenata? Uy no eso es muy guiso”, “A mí no me importa el valor del regalo, lo que importa es el detalle”, el problema es cuando pasa el tiempo y este hombre no le ha dado ni flores, ni chocolates, ni serenata… vendrán varios indirectazos, puñalada trapera va, puñalada trapera viene, hasta que por fin usted se anima a hacer el reclamo y él  se defenderá mencionando eso que alguna vez hablaron y es ahí cuando viene la siguiente respuesta: “Pero cuidado intentaba regalarme algo a ver yo que decía” Es ahí cuando entra el ¿Por Dios quién la entiende?.

Ahora el tema de la manipulación femenina data de siglos, que digo siglos, milenios atrás, ha pasado de generación en generación y no lo enseñaron a punta de ejercicios prácticos desde la niñez, me incluyo en el tema porque tengo claro que en algún momento de mi vida hice uso de ella y no me siento orgullosa, pero que tire la primera piedra quien no lo haya hecho (Por favor no me la lance en la cara). Ejemplos sobre la manipulación femenina hay muchos, pero examinemos unos pocos. Si una mujer no quiere que su novio, mozo, marido, amante, etc… salga una noche con sus amigos acude al “Mi amor ve tranquilo a tu fiesta yo me siento algo enferma pero no creo que sea nada  grave cof cof cof, ve diviértete”, “Yo siempre he preferido estar contigo que con mis amigas, pero está visto que tú no piensas igual” o pone cara de consentida y dice “¿Quién es el novio más lindo que se va a quedar esta noche con su amorcito?”, el tipo por más malo que sea sentirá algo de remordimiento y si en la fiesta no va a estar la vieja que se ha querido comer toda la vida es probable que se quede con usted. Quiero aclarar que la manipulación NO es exclusiva de nuestro género, hay hombres con maestría en el tema, hablaré de ellos en una próxima entrada.

¿Qué si somos orgullosas? Yo digo que SI y mucho, pero como no serlo si es una de nuestras mejores armas de defensa. ¿Qué está muy bravito? Simplemente lo ignoramos hasta que le pase la pataleta. ¿Ah no me responde los mensajes? Pues no le volvemos a hablar esperando a que un día vuelva arrastrándose (Esto casi nunca sucede, pero lo seguimos creyendo). ¿Qué está mirando a la vieja del lado? Buscamos al tipo más desparchado que esté a la mano para que nos eche una miradita y no dejarnos echar tierra. Si no fuera por el orgullo ustedes queridos hombres tendrían de diez mujeres por cabeza (Sé que están diciendo ¡ah que lástima!), ese orgullo es el que nos permite alejarnos de lo que no nos sirve, nos alimenta para no caer tan fácil en sus garras o por lo menos para dejarles un pequeño aruñón en su ego, lo mejor de todo es que nos hace creer que no perdimos del todo la dignidad ante ustedes (Esa si que es una mentira grande que nos decimos).

Ahora si revisamos la fama de mentirosas, esa ha sido ganada a pulso  en especial a la hora de fingir orgasmos, pero queridos hombres ustedes fueron nuestra inspiración a través de los años para serlo, la sinceridad en ese tema solo puede darse en pequeñas dosis para no generar ataques cardiacos, heridas mortales al ego o puñaladas traperas justo bajo la ingle. Quiero explicar más a fondo este punto para no generar discordias, si alguna mujer se anima a decirle a su pareja que ella no estuvo bien, que faltó algo, que Godzilla andaba de mal humor, en la mayoría de casos este no lo tomará bien o se sentirá como el hombre del tapabocas después de ver su vídeo, no quiere decir que no deban ser sinceras pero si se debe aprender cual es la mejor forma de hacérselo saber y así no tener que ver en vivo la escena de un hombre en una tina pasándose un estropajo y repitiendo “Me siento sucio”… Esto es un cambio que se debe dar en las dos partes, las mujeres diciendo lo que sienten y los hombres tomando esto como debe ser “Con tranquilidad”, pues aquí nadie es un Dios del sexo (Si conocen alguno pueden con confianza dejar el teléfono aquí, todas se lo agradecerán).  Este es un tema que no debe ser oculto ni ser producto de burla, a todos nos puede suceder, así que aprendamos a tomarlo con humor y tranquilidad.

Las mujeres no somos las únicas mentirosas, los hombres son peor, el problema es que ellos son pésimos para hacerlo y se delatan solitos, así que no es necesario hacer una investigación previa para cogerlos en una, así que dennos pasito que esto es de parte y parte.

Para finalizar solo me resta decirles que aunque a veces parezcamos seres imposibles de entender, realmente somos unas gelatinas con sentimientos que no queremos que nos entiendan, si fuera así ya no seriamos ese espécimen raro que tanto quieren entender ¿Qué tenemos defectos? Claro que si y con el tiempo se van maximizando ¿Qué jodemos mucho? Tampoco se puede negar, pero estoy segura que a muchos de ustedes estas son las características que a veces más los enamoran, así que disfruten de sus diferencias de género y mujeres  no abusen de esos detallitos que con el tiempo las va convirtiendo en verdaderas brujas, es bueno el culantro pero no tanto.

Como siempre y no está de más recordarles que esta es mi opinión personal, no soy dueña de la verdad absoluta y lo mejor soy mujer por ello hablo con total tranquilidad y conocimiento del tema.

martes, 5 de noviembre de 2013

Que quieren las mujeres de los hombres.


Uno de los grandes enigmas de la humanidad es saber qué quieren las mujeres de los hombres, cuál es el tipo ideal para ellas y amigos voy a compartirles algo que los va a dejar impactados “Lo quieren todo”, así como lo leen y en este pequeño texto les contaré tan solo una parte de lo que algunas de ellas buscan en un hombre.

Para empezar las mujeres cuando se reúnen a hablar lo hacen sin tapujos, no guardan nada para la imaginación de sus interlocutoras, cada detalle cuenta para que ellas vayan analizando si usted se encuentra entre ese exclusivo mundo del “hombre ideal”, pero primero se debe tener claro que en un grupo de amigas siempre encontrarán una gran variedad de personalidades y por ende de ideas.

Hablaré de algunos de los tipos de personalidades que se pueden encontrar:

La princesa: Al menos debe existir una en el grupo, esa que siempre está perfectamente arreglada, habla con un tono dulce, muchos hasta llegan a creer que es virgen "De los oídos",  jamás se despeina así pase un huracán, siempre luce una sonrisa perfecta y sobre todo le hace creer a los hombres que sin ellos no son nada (A veces esto último es verdad). Por lo general busca un hombre que sea su sombra, la proteja, uno que pueda admirar  y se sienta orgulloso de llevarla de la mano. 

La “Marimacho”: Ella aún no sabe lo que es caminar en tacones y las pocas veces que lo ha intentado las personas a su alrededor sienten el mismo estrés y ganas de ayudarle como  cuando vieron los primeros pasos de Bambi, es la misma que habla de sexo sin pelos en la lengua, cuenta cuál es su posición favorita y no teme hablar de cuantos muertos lleva encima (En nuestra jerga cuantos hombres han pasado por su agotada cama), habla con los hombres como si fuera un amigo más, pero en el fondo posee un tierno y blando corazón de gelatina que solo desea ser apapachado y comprendido.

La Amiguis: Es esa que siempre estará para escucharles, se cree la mamá de media humanidad, es incapaz de decir NO a un favor, generalmente sus amigas la catalogan como la güeva del paseo y la tratan como tal en ocasiones, esta es la típica a la que todos los hombres le dicen “Eres la mejor amiga que he tenido” o “Eres tan tierna”, "Sabes, me caes muy bien", habla más de lo que debería, generalmente nunca habla de sus negras intenciones pero cuando las hace realidad usted puede quedar sorprendido y piensa que ser correcta le ayudará a salvar el mundo, a esta también podríamos llamarla "ilusa".

La Come Hombres: Esta siempre  se vende como la insaciable, nunca desaprovechará agacharse a recoger algo si lleva minifalda, sus movimientos siempre están fríamente calculados para verse sexy, procura mantener el pico estirado en posición “bésame”, toda su ropa intima es comprada en un sex shop, no le teme a las que la catalogan como "zorra" y siempre estará dando tips de cómo las demás pueden llegar a ser como ella.
Cada una de estas tiene una concepción  diferente de cuál es su hombre ideal  y es por esto que en  una reunión de chicas es imposible que al menos una de ellas no saque el tema a colación, así se empiezan a oír las siguientes frases: “Para mí lo ideal es que sea un hombre atento, caballeroso, me dé gusto en todo, le gusten las mismas cosas que a mí y si tiene plata y está lindo mucho mejor”, en ese momento interrumpe alguna diciendo: “Yo solo quiero que me haga un hijo, me convierta en ama de casa de por vida, luego le digo adiós y lo dejo mamando (Ella es de lo más aspiracional)”, pero lo más importante es que sea una bestia en la cama, en ese momento entra la típica que le gusta llevar la contraria y afirma que a ella lo único que le interesa es que un hombre la deje sonriendo y que no sea a punta de chistes, que la acompañe un domingo de arrunche sin quejarse y si le lleva el desayuno a la cama le da los hijos que quiera, ahí interrumpe otra:  “A mí  lo que me importa es que cuando me vea me desnude con la mirada, me lleve a la cama como un animal salvaje, luego me lleve de compras, que no sea celoso pues ella es una mujer literalmente abierta al mundo”.

Así que señores les tengo una importante noticia, las mujeres queremos todo el combo, así que si usted que está leyendo esto cumple con al menos el 50% de lo mencionado anteriormente, usted es casi un Dios y tendrá provisión de mujeres de por vida, si por el contrario a duras penas se sintió identificado con el 10% de lo que aquí se menciona desafortunadamente para el género, usted también tendrá mujeres de por vida, pues las mujeres por lo general en su subconsciente saben que es casi imposible encontrar ese hombre que idealizaron y por el miedo a no quedarse solas terminan con el primero que les dijo linda, les dio palmadita en la nalga y las llama a diario. Aclaro que esto no es una regla general de todas, pero existe una importante mayoría de ellas en este mundo cruel, para aquellas que aún tienen la firme convicción que no se meterán con cualquier pelmazo mis más sincera admiración y respeto, pues yo soy de las que creo que no existe un hombre ni un amor ideal pero que no por ello uno debe resignarse a meterse con el primero que le pinte pajaritos en el aire.

Por último se que persiste una gran incógnita sin solucionar sobre si a las mujeres nos importa el tamaño,  espero estén preparados para esta "dura respuesta", sí importa, pero no buscamos un fenómeno de circo, ni un actor porno, lo único que tenemos claro es que ese dicho de que si es chiquito y juguetón no hay problema es la mentira más grande que le han dicho, así que si ese es su caso la solución es: Esfuércese un poquito, deje volar su imaginación y ayúdese con otras técnicas, no todo el placer viene de ese instrumento que Dios le dio.

Posdata: Esta es mi opinión personal, no es un mandato, no cambiará vidas y mucho menos le hará mejor persona.

    

lunes, 15 de abril de 2013

Cómo ahuyentar a un hombre.


Para los que aún no me conocen (ósea todos) soy Brenda Figueroa, una mujer como cualquier otra, con cientos de miedos y taras heredadas desde mi tatarabuela, publicista por convicción y también por la falsa creencia de que no vería matemáticas, algo que se sumó a una larga lista de errores que luego les contaré.  

Me decidí a escribir sobre este tema, porque como a muchos nos han dicho alguna vez  “deberías escribir tus historias, pues solo te pasan a ti y al chavo” y pues ya ven me convencieron.

Pareciera muy fácil ahuyentar a un hombre cuando muestra algo de interés en uno y no es tan así, para ello se necesita esfuerzo y embarrarla con determinación y es ahí donde entró yo. Lo primero que se debe tener claro es que a muchos hombres no les gusta o les asusta una mujer que sabe lo que quiere, que lucha por sus ideales y que no necesita que la cuiden, este tipo de hombres prefieren las típicas princesas, esas que solo viven por versen lindas para ellos, que si se parte una uña necesita con urgencia que corran hacía ellas, tomen su mano y les canten un tierno “sana que sana culito de rana”, la misma que llama a preguntar que quiere de comer o que si mejor le roba un poquito de su plato pues es incapaz de comer todo eso (Por dentro muere de hambre), si le parece que cambie el cuadro de lugar o le envía una foto para que les digan si los zapatos le salen con los aretes.

Aunque parece increíble de creer, este tipo de mujeres existen y lo peor es que hay muchas de ellas, casi parece una invasión. Cuando uno se sienta a hablar con un hombre sobre este tema, ellos afirman que ese no es el tipo de mujer que buscan, ellos prefieren una mujer inteligente, decidida y bla bla bla, pero siempre terminan con una de estas “princesas”. Mi gran problema es que nunca quise ser princesa y siempre me parecí más a las brujas de los cuentos. Siempre he sido “tímida”, lo pongo entre comillas porque se me pasa rápido y luego no hay quien me calle (Esto ya ha ahuyentado a varios).

Siempre desconfiaba cuando un hombre se me acercaba, me decía “Estoy con mi amiga linda, eso es fijo que quiere hablar con ella, así que ni me esfuerzo”, así que solía ignorarlo. Haré un paréntesis aquí, si uno sale con la amiga bonita de rumba y su plan es de conquista, de entrada está fracasando en el intento, uno suele verse más feo de que lo que cree que es con ella al lado y usted de entrada se va haciendo harakiri  solita, (mmm este pantalón me saca el gordo, me veo como enana…) y eso mismo es lo que proyecta, resultado, sola como un hongo o bailando cualquier clase de reggeaton en un círculo de gente desparchada igual o peor que usted.

Les contaré primero un poco mis antecedentes para que entiendan mejor porque me arriesgué a escribir sobre el tema. Después de una larga relación de diez años que terminó como suele suceder porque aunque no lo crean, el amor se acaba, creí que estaría sola por siempre, que el amor simplemente era una ilusión, que todos los hombres eran iguales, que lo mejor sería vivir una vida espiritual y todas las excusas que se imaginen, en ese momento de mi vida decidí cerrarle la puerta a los hombres, me sentía devastada, lastimada en mi ego, (Ese sí que duele), me hacía preguntas como ¿Por qué a mí? ¿Qué estaré pagando? ¿Cómo me dejó si yo le di lo mejor de mí?, así pase dos años, en los que si llegaba a notar que alguien mostraba un mínimo interés, yo lo mataba con un “No me interesa salir con nadie”, “Nadie podrá superar a mi ex” o “puff el amor es una farsa creada hace milenios para tener embelesada a la gente y que no perciba la realidad “, no necesitaba mucho para que esos pobres hombres salieran corriendo despavoridos.

Tuvieron que pasar dos años para que entendiera que terminar una relación no era el fin del mundo, que hacía parte de la vida y que definitivamente si quería darme la oportunidad de conocer a más personas, que yo también merecía ser feliz, pero venía el gran problema, ya habían pasado 12 años en los  que no practicaba como ser coqueta, no salía de rumba y no tenía idea como actuar si me abordaba alguien que me gustara, es que como si me hubieran abandonada en el Amazonas tan solo con un encendedor y es de todas estas experiencias que viví en este tiempo que les daré mi pequeña visión de cómo ahuyentar a un hombre sin mucho esfuerzo.

Esta historia continuará…

miércoles, 3 de junio de 2009

Los días de Universidad...

Al momento de ingresar a la universidad se desboca la alegría (eso sucede cuando se lleva años creyendo que nunca se va ingresar a ella), no importa la cantidad de implementos que pidan, ni las caras de los voy a rajar de algunos profesores, ni los cientos de estudiantes que miran de reojo, analizando si uno es digno para conversar, en ese momento todo es alegría y optimismo.
Pasa el tiempo y se empieza uno a quejar todo el tiempo de "Si que piden estos profesores" y los profesores con cara de matones resultan ser los mejores amigos y aquellos que el primer día parecian ser hasta nuestros confidentes resultan ser los seres más resentidos con la humanidad. Es en ese momento que empezamos a descubrir que no tenemos ni idea de lo que nos espera.
Después de cuarto semestre nos saludamos con cuanta persona encontramos en los pasillos, nos reunimos en una esquina para hablar de la estupideces que alguien dijo en clase o sólo para debatir lo poco o nada que nos interesa una materia, porque creemos que "eso es puro relleno".
Pasan los años y lo único que tenemos en mente es "Cuando se acaba esta%&##&°?" pareciera que el tiempo estuviera en contra nuestra, y es precisamente el tiempo el que nos demuestra que no estabamos equivocados que esa era una etapa maravillosa que se debia quemar.